Cuando visitamos una cala, podemos hacer mucho más que disfrutar de la playa y el sol. No digo que sea mala opción, de hecho a eso a vamos, pero nos limitaríamos a visitarla solo en verano. Sin embargo, si pensamos en la cala como un entorno que combina mar y montaña, podemos aprovecharlo todo el año y eso es fantástico, no crees?
Alicante tiene el privilegio de disponer de una costa preciosa: La Costa Blanca. Está salpicada de calas de todos los tamaños pero sin desmerecer su zona montañosa, que nos ofrece rutas para todos los gustos.
En este caso, montaña arriba, nos encontramos con cuevas que sirvieron como viviendas y refugio a antiguos habitantes de la zona.
Y si te esperas al atardecer, disfrutaras de una luz y un paisaje precioso.
Dime, ¿ sigues creyendo que las calas solo las podemos disfrutar por sus playas?
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